–No entiendo nada. No sé qué ha salido mal. ¿Dónde estará Ray Havana cuando más lo necesito?
¡CHAAAAAN!
–¡Ey! Chaval… No te asustes, hombre.
–¿Cómo no voy a asustarme apareciendo de esas formas? Por lo menos podrías decirle al editor que no pusiese ese sonido.
–Pero si el editor eres tú.
–Bueno, al grano. ¿Puedes ayudarme?
–¿Qué es lo que pasa?
–Eso me gustaría a mí saber.
–A ver, cuéntame porque adivino no soy.
–¿Pero no eres parte de mí?
–Claro, soy la mejor versión de ti mismo.
–Entonces deberías saber muy bien qué es lo que me ha pasado con ella…
–…
–¡Voy, voy…!
–…El caso es que ayer quedamos con la excusa de que teníamos pendiente un chocolatito caliente. En principio me tocaba invitar a mí y a la siguiente vez a ella.
–¿Por algo en especial?
–No, la verdad es que traté de que fuese ella la que me invitara.
–Muy bien, que invierta.
–Pero la cosa podía acabar en batalla de egos y entendí que haciéndolo de esa manera todo iba a ser más fluido.
–¡Perfecto entonces! ¿Dónde está el problema?
–El problema está en que “la cita” fue un completo desastre. Al final no acabé invitándola yo sino que fue ella la que lo hizo.
–Bueno, eso no es un desastre, es una gran noticia. ¡Enhorabuena!
–¡Que va! Acabamos en su casa.
–¿Y qué demonios tiene eso de malo? De verdad que parece mentira que alguna vez yo fuese tú…
–¿Me puedes dejar terminar, señor don listo?
–Sí, ése soy yo… Acaba.
–Sí, todo eso pinta muy bien, ¿verdad? Ella invierte con el chocolatito en su casa. Los dos solos en un entorno de intimidad, pero… Resulta que, en realidad, estuvimos allí porque ella tenía que cocinar algo para un “amigo” suyo por lo que no estuvo muy pendiente de mí.
–¿Trataste de llamar su atención?
–Lo intenté todo.
–¿Te esforzaste?
–¡No! Ray… Recuerda, soy una versión muy primitiva de ti, algo sé.
–Jajajajajaajajaja… ¡Buena esa!
–Traté de reconducir la situación viviendo nuestro presente. Traté de sacarla del modo lógico. Hubo bastante Kino, etc., pero ella parecía luchar contra todo eso tratando de evitar la situación.
–¡Entiendo! Así que decidiste marcharte.
–No, decidí darle un poco de su medicina y me puse a trastear con el móvil “creando hielo”.
–Bueno, eso no sería mala idea si en realidad, además de estar no desperdiciando tu tiempo, ella percibiese que “no la necesitas” y que si ella no quiere disfrutar de ti, por cualquier razón, no la necesitas para seguir disfrutando de ti mismo ya sea de manera ociosa o aprovechando ese tiempo para seguir haciendo grandes tus proyectos, sueños, etc.
–El caso es que cuando vio que iba en serio empezó a recriminarme que no le hacía mucho caso.
–¿Tu vés?
–Entonces le decía que en cuanto pudiese centrarse en mí que gustosamente dejaba de hacer también mis cosas.
–Impecable… Empiezo a entender por qué soy lo que soy ahora. ¿Y…?
–La cosa duraba poco. Es como si tuviese un sensor que le indicase el peligro y, en seguida, volvía a saltar al modo lógico y a desviar su atención y vuelta a empezar.
–¿Sabe a lo que te dedicas?
–Claro, es parte de mí, ¿por qué iba a ocultarlo?
–No te ofendas, está bien, sólo trato de saber los detalles. Y en ese caso entiendo perfectamente su “miedo”.
–¿Entonces no hay solución?
–No lo sé, cuéntame el final.
–Nada, estuvimos como el ratón y gato toda la tarde hasta que se hizo de noche, llegó una amiga suya…
–¿Y os montásteis un trio?
–JA, JA, JA… Muy gracioso…
–¡Tío! Un poco de sentido del humor que tampoco se ha acabado el mundo… Perdona, no te corto más. Continúa.
–Pues eso, llegó la amiga, que supuestamente tenía que dar mi opinión sobre ella… Al menos conseguí su Facebook.
–¡Nch! Ya estamos con las medallitas estúpidas.
–… Y al poquito ya me fui. En la despedida le dejé caer algunas cuantas cosas en cuanto a lo que me había gustado de ella y lo que no para que recapacitase.
–Vale… La verdad es que tengo que decir que lo hiciste bastante bien pero, por otro lado, te faltó un poco de psicología femenina, es decir, de entender su factor fulana y su lógica retroactiva.
–¿Qué quieres decir?
–Lo que vengo a querer decir es que para ganar una negociación tienes que estar dispuesto a perderla. ¿Crees que ella en algún momento sintió que podía perderte?
–… Ahora que lo dices… No.
–Ahí lo tienes.
–¿Entonces la próxima vez me voy a la primera de cambio?
–jajajajaja, No, hombre no. No me seas extremista. Lo que hiciste lo hiciste bien. De hecho acabasteis en su casa y ella haciéndote el chocolatito. El caso es que si estás tratando de reconducir la conversación y ella no se deja; pasas a crear hielo, pero ojo, no sólo para llamar su atención, sino para realmente no aburrirte porque lo que ella te está ofreciendo es “su basura”, y si ella responde pero por poco tiempo, ¿Cuál es el siguiente paso natural?
–¿Mandarla a la mierda?
–jajajajajaja ¡Animal! ¿Cómo sería eso?
–Muy placentero…
–jajajajaja ¡Ya! ¡Pero en nuestro argot, zopenco!
–¿Reactivo?
–¡Premio para el futuro latin lover! Entonces, repito la pregunta, ¿cuál sería el siguiente paso natural?
–¿Irme?
–MMmm… Sí, ¿pero cómo?
–¿No reactivo?
–¿Y…?
–…
–Escucha atento porque esto es muy importante: Irte dejando la puerta abierta. Eso, además de darle a ella la oportunidad de retractarse y rectificar a corto, medio o largo plazo, refuerza el hecho de que no te afecta, es decir, de que no lo haces por reactividad.
–En cierta manera es lo que hice… pero algo tarde.
–Sí, no fuiste reactivo y quizá dejaste la puerta abierta cuanto te despediste, pero no le permitiste saborear la sensación de perderte. La sensación de poder perder algo realmente interesante.
–¿Qué puedo hacer ahora?
–Por lo pronto no darle más importancia de la que tiene y seguir tu vida conociendo a más chicas interesantes; esto te dará experiencia y con ello, tanto tu subcomunicación como tu lenguaje no verbal proyectarán más y mejor lo que ellas buscan en un hombre, y por el otro, si quieres que esta preciosidad desee que escales o avances, en futuras ocasiones tiene que ver “lo que molas”, lo mucho que los demás disfrutan contigo y ella se está perdiendo por su “comportamiento”. De manera que cuando modifique esa conducta y “colabore” tú estás para premiarla y cuando vuelva a las andadas dejas de hacerlo, porque entonces eso sería regalar; y premias con tu luz a “los/las demás” que sí que tienen un comportamiento positivo contigo. Así conseguirás que ella sienta la diferencia entre “tenerte y perderte”. Bueno, espero que te haya ayudado esta FAQ otra vez. Dale a “me gusta”, compártela… Te lo agradecerán. Y… lo que nunca me cansaré de decir una y otra vez… ¡fundamental! No olvides… AVENizarte!!!!
–Y super MAX-VA-CUA-Rizarte!!!
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