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Muy buenas, Atractor y bienvenido a PíldoRays. Tu podcast exprés de atraidasporti.com para liberar tu atractivo irresistible y convertirte en lo que yo denomino, un Atractor.
Ayer destripamos —o como se dice en estos tiempos «espangloparlantes»: spoileamos— gran parte de la Fidelidad. Pues bien, establecido este nuevo paradigma, hoy voy a exponer qué es, en mi opinión, la Fidelidad y por qué existe la Infidelidad… No es moco de pavo, ¿verdad? Pues… ¡Empezuamos!
Cómo creo que debería ser la Fidelidad
Realmente, la fidelidad no se trata de la exclusividad sexual con tu pareja, ni de pactos de sangre con amigos, ni de mantener secretos de empresa, ni de adherirse ciegamente a una ideología.
Este enfoque inicial es erróneo y conduce a la «infidelidad» como la entendemos comúnmente.
¿Por qué? Porque en la mayoría de ocasiones hacemos excesivas concesiones y prometemos fidelidad a pactos que son muy forzados de base con nuestra esencia.
Pactos que no son problemáticos para cumplir en el corto o medio plazo, —ya que estamos dispuestos a hacer «casi cualquier cosa» por el beneficio directo que recibimos— pero a largo plazo se hacen insostenibles y muy fáciles de quebrar.
Porque para comprometerte debes ser inteligentemente asertivo y anteponer la sostenibilidad a la inmediatez. Ya que lo que «ganas ahora» —el cortoplacismo— te ciega de ver las consecuencias en el largo plazo y de que, indefectiblemente, acabará fallando.
Eso sí, no es imprescindible mirar muy a largo plazo. De hecho, como es imposible saber el futuro, lo conveniente es incluir en tus pactos la magia de la revisión. Algo excepcionalmente asertivo e inteligente y que la mayoría o bien desconoce o tiene miedo a contemplar.
Sin embargo, es muy ingenuo creer que algo se va a mantener en el tiempo sin cambios… Ya que, como el resto de la naturaleza, las personas evolucionamos y cambiamos de opinión e intereses y no revisar y renovar tus pactos conlleva, inexorablemente, al incumplimiento.
La falta de valor para afrontar las consecuencias inmediatas de una renegociación conlleva a una catástrofe aún mayor. La gente prefiere faltar a su palabra, ser infiel al pacto que estableció con la esperanza de que no haya consecuencias. O si las hay, que no le salpique a él…
Sin embargo, cuando un pacto huele a caducado, no suele ser sólo por una de las partes. En el fondo, seguramente la otra persona también está esperando una actualización, aunque no sea del todo consciente de ello.
Mantener un pacto como a un zombie, aunque ninguno lo rompa por disciplina, ya es una fracaso en sí mismo.
Porque la verdadera fidelidad radica en ser fiel a uno mismo. Implica conocer y respetar tus valores y principios, ser coherente con quién eres y hacia dónde quieres ir.
Cuando te ves obligado a actuar en contra de tus principios, esa acción está destinada al fracaso.
Pregúntate:
- ¿Has trabajado solo por dinero en lugares donde no compartías los valores de la empresa?
- ¿Has mantenido amistades no por afinidad sino por evitar la soledad, incluso adoptando hábitos dañinos?
- ¿Has permanecido en relaciones insatisfactorias por miedo a no encontrar algo mejor?
Si alguna de estas situaciones te resulta familiar, no estás solo. De hecho, si fuera una asociación estaría bastante más concurrida de lo que imaginas. Sin embargo, debes de ser consciente que actuar en contra de tus principios es serte infiel a ti mismo.
Esta infidelidad interna suele estar motivada por el miedo, y a la larga, termina por ser destructiva, tanto para ti como para aquellos a quienes «prometiste lealtad».
Para construir relaciones saludables, ya sean profesionales o personales, es esencial ser fiel a uno mismo y comunicar honestamente tus necesidades y tus límites.
Advertencia: Cuestionar lo establecido en base a creencias e ideologías, aunque sea falso o esté obsoleto, no es tarea sencilla. Aunque la verdad acaba prevaleciendo, estas posturas dogmáticas tienen mucha fuerza y hay que tener templanza y firmeza para superarlas.
La asertividad es clave aquí, aunque estamos hablando de un tema delicado que puede llevar a graves consecuencias temporales. Pero es preferible enfrentar desafíos a tiempo y establecer términos mutuamente beneficiosos a ceder por miedo o cobardía y acumular incomodidad que eventualmente acabará explotando y causando un mal mayor.
El concepto de la Gran Mentira dice algo así como, una falsedad repetida muchas veces puede terminar siendo aceptada como verdad, incluso por quien la dice sabiendo que era mentira en primera instancia.
Por tanto, la verdadera fortaleza radica en ser asertivo y honesto, aunque el camino sea difícil y tedioso.
¿Cuánta fortaleza tienes para ser fiel a ti mismo? Estoy deseando leer tus comentarios.
Finalmente, mañana, nos enfrentamos al gran reto: Cómo ser fiel en una relación.
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Y, como siempre digo, mucho ánimo, más energía y, que de los resultados no deseados de tus decisiones, sí o sí, saques excelentes conclusiones.
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