Cómo gestionar la diferencia de edad
Muy buenas Atractor, bienvenido al podcast Atractor, al podcast de referencia en Atracción, concretamente al capítulo 67.
El programa que existe gracias a ti, a tu pregunta, a eso que tienes, tus dudas, buscas información por ahí y tienes tus ideas, pero quieres contrastarlas con mi humilde opinión y estás aquí.
Tu que me estás oyendo y que probablemente me has formulado una pregunta, si no estás deseando hacerlo, no te cortes. Mándame la pregunta.
Lo puedes hacer en atraidasporti.com/atractor ahí verás un sitio para grabar, tienes 90 segunditos para grabarlo.
O puedes grabarlo con una aplicación en el móvil y puedes enviarmela a [email protected] o te puedes ir a instagram y buscar @rayhavana y allí puedes enviarme la pregunta.
O grabarla directamente con el Telegram, que es una aplicación parecida al WhatsApp, pero con mucha más posibilidades, no es tan popular y no tiene la misma repercusión, pero es espectacular.
Hoy tenemos una pregunta muy interesante, que es sobre gestionar las diferencias de edad.
En este caso, tenemos a un Atractor de 19 añazos, que se siente atraído por mujeres mayores que él y no sabe como gestionarlo.
Y voy a aportar también mi granito de arena y a hablar del caso opuesto que es el mio, que es llegar a la cuarentena y que te gusten las chicas jóvenes.
Se que no es lo normal, a ningún hombre mayor le gustan las chicas veinteañeras ¿verdad?
Entonces ¿cómo podemos gestionar esa diferencia de edad de una manera efectiva?
Vamos a entender de varias maneras el tanto interno, como externo, el tanto entender nosotros, como poder exportarlo, poder comunicarlo de una manera adecuada.
Ya sabes que este podcast sigue adelante gracias a tus preguntas, pero también gracias a tus reseñas, gracias a tus valoraciones de 5 estrellas en iTunes.
Y es verdad que hace un tiempo que no se mueve el número.
Así que me comentásteis hace un tiempo que lo habéis hecho, pero no se actualizaban, últimamente —no sé si no se actualizan— pero no están habiendo más reseñas.
Y si no hay más reseñas, esto se estanca y no crece y si esto se estanca y no crece, es una lástima. Creo yo que es una lástima, personalmente.
Y ya para terminar, antes de pasar a la pregunta, rápidamente comentar que ya está —los que estáis dentro de la plataforma sabéis — el primer curso de Tinder se va a dividir en 3 partes:
El primero que es el que está en vivo es para prepararte un perfil irresistible, para que las chicas digan sí quiero conocer a esta persona.
Ya el siguiente curso, el intermedio, hablaremos de las gestiones de los mensajes, de como hablar por mensaje con las chicas para conseguir la tercera fase que hablará sobre la cita.
¿Cuándo quedamos? ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo lo podemos hacer? ¿Cómo gestionamos? Para evidentemente sacar el máximo rendimiento, que podamos conocernos intimamente lo más rápido y lo mejor posible.
Así que tenemos la primera entrega, ya podéis disfrutar de ella, sencillamente os repito que aprovechando que esto está en marcha, nuestros perfiles de Tinder, lo que estéis haciendo, algunas dudas que tengáis comentádmelo.
Os voy a ayudar a gestionarlo, a daros mi opinión, voy a haceros coaching dentro de la plataforma.
Podéis poneros en contacto conmigo, porque quiero que los mejoréis, quiero que os funcione muy bien y evidentemente, aparte de los procesos que tenemos en los casos ya funcionales y de éxito.
Que sigamos ampliándolos y sigamos teniendo perfiles donde más y más Atractores nos beneficiemos ¿verdad? ¿Estamos de acuerdo?
Lo dicho, vamos ya por la pregunta de este capítulo 67.
Hola ¿qué tal Ray?
Yo soy Juanjo y te quería hacer una pregunta. Tengo 19 años y he preferido que la chica tenga bastante más edad que yo. Sobre unos 25 o 30 años.
Pero resulta que yo tengo la creencia de que ella le va a dar mucha importancia a la edad, de que yo no voy a estar a la altura, que no voy a dejar de crear atracción.
Que ella me va a ver como un amigo, pero por el simple hecho de que ella no se espera que por la gran diferencia de edad, no intente nada con ella.
Me gustaría que tu me ayudaras a cambiar esa creencia limitante por otra más potenciadora.
Así que nada, eso es todo y un saludo.
Muy buenas Juanjo, vamos a ver si te puedo ayudar. Es una pregunta que lo cierto es que yo estoy en el lado completamente opuesto a ti.
Estás en una edad estupenda, en la que sientes atracción por mujeres mucho más mayores que tu y yo estoy en el lado opuesto, yo estoy en mi cuarentena —acabo de entrar.
Y siento atracción por chicas muy jóvenes.
Yo eso de manera intuitiva, que no había analizado, gestiono y cuando he visto esa pregunta y he ido a responder, he tenido que profundizar un poquito más.
Es algo que no me han preguntado habitualmente, es una pregunta que no ha sido tan directa, por así decirlo.
Sin embargo, yo creo que es cierto que aquí vamos a dar bastante luz a mucha gente que está en mi situación y que está en la tuya.
Me alegro que me hayas hecho esa pregunta, aunque tengo que confesar que he tenido que exprimirme un poco más porque al principio tenía una idea muy básica, iba a hacer un podcast de tres minutos y ya está.
Pero luego me he puesto a cavilar y a darle vueltas al concepto y todo y hay que trabajar.
Así que vamos a ir desgranándolo poco a poco.
Lo primero, la diferencia de edad ¿existe la diferencia de edad? La respuesta sería si y ¿qué es la diferencia de edad?
¿Existe prejuicio?
Básicamente, es un prejuicio. Es una forma referencial que tenemos los seres humanos, todos, de encasillar las cosas, de etiquetar.
¿De dónde proviene?
Es normal, lo hacemos todo el mundo.
Es una herramienta super útil para vivir. Todos los seres humanos vivimos etiquetando.
En el momento que quitas una etiqueta de algo y no sabes donde ubicarlo o de repente, puede que haya en varios sitios a la vez, pues es un poco confusa.
Cuanto más encasillado tengamos algo, o cuanto más etiquetado, o mejor etiquetado, tenemos un control mucho más sencillo.
Directamente no tenemos que comernos la cabeza gestionando eso.
Biológico o cultural
El tema de la edad, por un lado, estaríamos en que es algo biológico, porque el ser humano por naturaleza tiende a etiquetar las cosas, a ponerles nombre para saber un poco dónde lo encaja.
Y una vez lo tienes encajado (las mujeres en este caso) por así decirlo, de 25 o 30 años que están con un chico de 19 años, ya tienen un prejuicio.
Una etiqueta que es: Este chico es un yogurín, muy majo, muy lo que quieras, pero es muy niño para mi.
Automáticamente con eso, pueden decidir que ya no eres interesante.
Evidentemente porque hay muchos otros hombres o jóvenes que están entre los 25 y los 30 o 35 o 40, incluso hombres mayores que ellas, por el prejuicio.
Ahora, a nivel cultural es importante. Estamos hablando ahora, biológicamente nos van a etiquetar.
Ella te va a etiquetar como quizá un chico joven y de manera cultural, por la educación que hemos recibido, el impacto cultural de sus 25 o 30 años.
Ella va a pensar, si estoy con un chico de 19 años ¿Qué van a pensar mis amigas? ¿Qué va a pensar mi familia? Incluso ella ¿cómo voy a estar con un chico tan…? Y lo deja en puntos suspensivos.
Vamos a ver luego, ese tan ¿qué puede ser?
Es una forma rápida de clasificar y que culturalmente no nos favorece, en ese caso, ni a ti ni a mi.
Una chica de 25 años igual va a pensar —en tu caso— que eres demasiado joven, y en mi caso, que soy demasiado mayor.
Entonces, algo que biológicamente es muy útil, de todas formas a ella no le supone nada, es simplemente una forma de seleccionar.
Es decir, este rango de edad es fuera y este otro rango de edad es fuera.
Porque hay millones de hombres en el rango que a mi me interesa.
Es una forma rápida de quitarme de encima lo que no me interesa.
El proceso de selección —en este caso de las mujeres— no exime que se deshaga de la mejor opción, si que le asegura que no se va a quedar con la peor opción.
La forma que tienen ellas de seleccionar es decir, me voy a quedar con una de las mejores opciones y pueda que en ese proceso de selección me cargue la mejor.
Seguro que en ese proceso de selección me quede con la mejor, pero me van a quedar las otras posibles opciones.
Supongo que me quedan cinco, de esas cinco voy a ir seleccionando y me voy a quedar con una, normalmente.
La forma de selección que tienen ellas les va a asegurar que van a ser uno de los mejores.
Puede que no el mejor, pero el que quede final va a ser apto.
Ahora, esa selección va a hacer que los que eran más malos, los peores, todos esos que caigan, a cambio de sacrificar el no acertar con el mejor o el que más potencialidad tenía.
Entonces, claro, en este caso, aunque tu con 19 años puedas ser la mejor experiencia que pudiera vivir esa mujer, ella con su biología y la cultura, te va a crucificar.
A cambio de que ella sabe que en cualquier caso otro de 25 o 30 años supuestamente si que va a ser óptimo.
Puede que no esté a tu altura, pero va a estar mejor que los otros de menos de 25 años que no son como tu y cumplen con el logotipo cultural de demasiado jóvenes.
Entonces, tenemos que efectivamente es un prejuicio, una etiqueta que utilizamos los humanos de manera natural, como forma de vida, biológicamente, pero que está muy reforzada por la cultura.
La cultura nos inculca los valores y esos valores los tenemos ahí.
Entonces, teniendo esto claro, vamos al meollo de la cuestión ¿Cómo lo gestionamos?
¿Cómo gestionarlo?
Van a haber dos fases cruciales para gestionarlo y hago bastante hincapié cuando les escribo por email, cuando comento cualquier cosa, normalmente siempre tengo estas dos distinciones muy importantes y siempre se van a dar así.
Lo primero es eres tú, es la persona implicada en el asunto.
1º Tenerlo tú claro
Y ¿Qué pasa contigo? Pues que tienes que tenerlo claro.
Si tu no sabes cómo afrontar, encarar, tratar este tema, pues estás vendido. Este tema y cualquier otro.
Ten en cuenta que estamos hablando de una especie de negociación, vamos a poner un poco el ejemplo de entrar a trabajar en una empresa y que veas lo que se requiere para entrar ahí, hay unos requisitos.
¿Alguna vez has intentado entrar a trabajar en una empresa donde no cumples los requisitos?
Yo personalmente si, lo cierto es que no lo he conseguido siempre, pero si lo he intentado porque yo sé que esos requisitos en muchos casos están sencillamente para hacer una criba, para quitarse de encima a la mayoría.
Aún así, va a haber un pequeño grupo, que vamos a decir, piden estas cosas pero yo voy a probar.
Porque igual ¿luego qué pasa? Que no lo piden, se asume que porque tu estás ahí lo tienes.
Luego, te lo piden puede ser la edad, cualquier cosa y puede que efectivamente digan oye has venido aquí y esto no lo cumples.
Pero conoces y dicen lo cierto es que aunque están estos requisitos, no son necesariamente obligatorios porque aportan otras cosas que lo compensan.
Por lo tanto, adelante. Eso es importante, tenemos que tener muy claro cómo vamos a gestionar en este caso el tema de la edad.
Porque si no lo tienes claro ¿cómo lo vas a comunicar? Que sería el segundo paso.
Vamos a preguntarnos unas pocas cosas para aclararlos.
¿Qué implica edad?
Por lo pronto te voy a decir qué no implica.
La edad no implica experiencia ¿qué quiere decir con esto? Pues que hay gente muy joven, hay personas hoy en día incluso, especialmente —diría yo— que enseguida viajan, conocen un montón de países.
Es mucho más fácil hoy en día desde joven hacer Erasmus por ejemplo —yo no tuve ese privilegio de poder hacer Erasmus.
Pero hoy en día el Erasmus es como una parte normal.
Por lo menos en España, supongo que en Europa, no estoy muy metido en el tema, pero por lo que he entendido hay un año que se hace fuera y que se puede aprender un idioma o bastante de un idioma.
Y efectivamente compartes cultura, intercambias cultura con una cultura “distinta”.
Aunque sea muy pareja a la tuya o sea muy distinta, no es tu hábitat. Sales para volver.
Hay gente que desde muy joven ya está en sus propias empresas, en sus propios proyectos, trabajando con multinacionales, viviendo en Tailandia en plan nómadas digitales y toda esta historia.
Entonces, tu puedes ser muy joven y haber vivido muchas experiencias y puedes ser muy mayor, tener mi edad, por ejemplo y no haber salido de casa de tus padres, pero tal cual —conozco casos.
Edad ≠ Experiencia
O sencillamente haber salido de casa de tus padres, tener tu casa, tener tu trabajo, pero llevar desde los 25 años que acabaste la carrera y empezaste a trabajar, hasta los 40 con la misma rutina de siempre.
Igual casado, con hijos, de una manera no exclusivamente nutritiva o enriquecedora, con lo cual, tu experiencia, por así decirlo es como una vez que escuché –no recuerdo donde- decían: Usted ¿cuántos años de experiencia tienes como maestro?
Yo decía tengo 10 años de experiencia, porque yo duré 10 años dando clase de geología en el Instituto.
Y le decía el entrevistador: Usted no tiene 10 años de experiencia, usted tiene un año de experiencia repetido 10 veces.
¿Entendemos el concepto? Ese padre que tiene 40 años, que tiene uno o dos hijos, que está casado y que tiene su trabajo y todo bien y que no tengo nada en contra de esa persona, ojo por favor.
De hecho ese podía ser yo, pero no tengo nada en contra de esa persona, sencillamente tiene una experiencia repetida, aunque evidentemente nunca es repetida, siempre van a haber cambios, los hijos van creciendo, vas teniendo nuevas experiencias.
Evidentemente, la vida no es siempre como en el día de la marmota, como atrapado en el tiempo.
Se entiende que es como el 90% igual, van cambiando ciertos aspectos, pero más o menos sigue todo igual, la crisis te va a afectar, te van a afectar ciertas cosas, pero más o menos estás en una zona de confort de esta vida.
Mientras que esa otra persona que ha viajado, que ha ido a un sitio y ha ido a otro, que ha conocido a estos, ha conocido a aquellos, ha estado con más mujeres y que encima son de distinta nacionalidad, etc.
Tiene una experiencia más basta. Puede saber idiomas, puede que conozca otras culturas, que sepa como hacer muchísimas más cosas que haya aprendido, mucho o un poco de todo.
Y mucho de nada. Todo tiene su pro y su contra, por supuesto.
Si nos vamos un poco al extremo, puede que esa persona que sigue viviendo en el mismo barrio, desde que se independizó y que trabaja en el mismo trabajo, pues que su vida sea muy monótona.
Su vida sea muy siempre lo mismo, y entonces, esa experiencia, esa persona es digamos un poco aburrida, una persona que no tiene mucho que aportar, que sus días son fotocopia.
Son calcos uno del otro.
Edad ≠ Madurez
Entonces, la edad como se entiende por esto, no implica experiencia. Por descontado, la edad no implica madurez.
Tener experiencia no te da madurez —esto es importante— pero si que te la puede dar.
Y es ¿cómo gestionamos esas experiencias? ¿Qué aprendemos de lo que nos sucede? Que nos vamos haciendo más maduros.
Eso es importante, porque el ser humano se caracteriza por ser uno de los animales que más veces se tropieza con la misma piedra. Eso es muchas experiencias o una misma experiencia muchas veces sin aprendizaje, sin madurez.
Entonces, la edad no implica experiencias y por lo tanto, tampoco implica madurez.
Pero evidentemente, cuanta más experiencia tengas, más corres el riesgo de madurar.
Edad = Referencia cargada de prejuicios
Entonces eso es lo que no es la edad —así a groso modo— pero lo que si es la edad es una referencia, una etiqueta cargada de un mogollón de perjuicios.
Y tanto para bien, como para mal. Significa que es una etiqueta, que es un algo, es una cifra que a mi me dice cosas e igual yo no te conozco, te miro a la cara.
Estoy en frente tuyo y estoy hablando contigo y puedes parecer 10 años mayor por la apariencia.
Puedo estar hablando contigo y decir, este hombre, si tiene 19, igual, imaginemos que aparentas 29. Yo puedo estar hablando contigo, pensando que tienes 29 años, entonces yo te clasifico con tus 29.
Pero puede que esté hablando contigo y pasen cosas ahí por en medio y te diga ¡ostras, para tener 29 años hay cosas que no termina de madurar, de gestionar!
Yo espero de un chico de 29 años esta actitud y el parece como más infantil.
Pero personalmente, igual hasta pienso que es positivo y que es bueno que aunque tenga 29 años siga teniendo un espíritu tan joven.
Y de repente, se da la conversación y me dices, si, es que tengo 29.
Y digo, ah vale y ya automáticamente digo, ya me encaja todo, es un crio.
¿De acuerdo?
Fíjate el poder de un puñetero número en un contexto que si me hubieras dicho, no tengo 29 pero es que para mi la experiencia y la madurez no implica el envejecimiento.
No implica que porque tenga 29, tenga que aparentar 29.
Eso es otro concepto también muy importante, una cosa es la edad y otra cosa es el envejecimiento.
Entendiendo que envejecer es, por así decirlo, el momento en el cual decides, crees, piensas o sientes que lo que está por venir es peor que lo que has hecho ya.
Eso es el envejecimiento.
Aparte del envejecimiento físico, que si, que te puede llevar a que te hagas mayor, que el cuerpo se vaya degenerando, también se va a degenerar mucho más rápido y hay estudios demostrados.
Vi un estudio muy chulo —no recuerdo el nombre ni nada— que cogieron a un grupo de personas mayores, las llevaron como a un pasador.
Vamos a suponer que eran de los años 60 su juventud, los llevaron a los años 60, toda una escenografía de años 60 y los juntaron con gente de la edad que ellos tenían cuando tenía 60 —unos 30 años.
Y al final del experimento los abueletes que habían entrado con bastones salían ya sin bastones, habían mejorado en muchos aspectos solo por la mentalidad y la conciencia de creerse otra vez jóvenes.
Evidentemente, no tenía la misma fuerza que cuando tenían 30 años, pero mejoraron mucho.
Rejuvenecieron porque en sus mentes empezaron a pensar y a creer y a sentir que volvían a tener esa edad.
Es decir, esto es de alguna manera para apoyar mi tesis, pues el envejecimiento viene cuando piensas realmente que lo que está por venir va a ser peor que lo que ya has vivido.
Ese es el envejecimiento. Entonces, la edad, por lo tanto —volvemos a lo mismo— es un número ¿y qué pasa con ese número?
Ejemplo exagerado o bizarro
Pues voy a poner un ejemplo exagerado, bastante bizarro, pero podría suceder y es:
¿Qué sucederá si alcanzamos la inmortalidad?
Si ahora de repente, se puede decir que se pueden vivir 1000 años, o sea, ya no envejeces, como tal, ya tu cuerpo no es un síntoma de edad.
¿Qué va a pasar? Que los que tengamos, por ejemplo, yo ahora con 40 años, creo que tengo bastante de conocimiento de algunos campos y por supuestísimo, muy bajo o nulo de otros.
Pero claro, ahora ponme a una persona que tenga 600 años y que incluso parezca más joven que yo, porque claro, no sé si se podrá revertir la apariencia de edad.
Pero supongamos que todos los que estamos aquí de repente decimos: a partir de ahora no vas a envejecer más, te vas a quedar en la edad que tienes.
Entendiendo, vamos a partir de los 18 años. Tu ya te quedas con ese físico, esa energía, con todo igual y no mueres a menos que te asesinen, te atropellen, te suicides, o tengas un accidente.
Evidentemente, no eres inmortal, eres vulnerable, pero si que no envejeces más.
Claro ¿qué pasa entonces? Nos vamos a encontrar con gente, que a esa edad, si yo me encuentro con una persona que tiene 600 años, le pareceré interesante y gracioso.
Pueda que si, pero desde luego, en conocimiento ¿ahí que va a pasar? Es muy probable que sepa mucho más que yo.
O igual, sabe mucho más que yo a nivel histórico, es decir, me puede contar batallitas de hace 600 años chulas, si es que le da el cerebro para acordarse de todo eso.
Pero igual, no se actualiza de la misma manera que yo, yo tengo más acceso al conocimiento actual y puede que esos conocimientos estén obsoletos.
Me hable de que el colesterol es malo, por decir algo, y yo le diga infórmate de nuevo porque eso está muy anticuado.
Al final ¿qué pasa si la edad no es visual? Como tal, es un número que no se refleja con la mirada.
Vemos ahí que es un número, una etiqueta totalmente clasificatoria y ese es el hándicap, eso es lo importante. Es solo un número, pero es un número con mucho peso.
Por lo tanto vamos a tratarlo como se merece.
¿Cómo va ese segundo paso? Lo primero, como hemos dicho, voy a sintetizar, no es experiencia, no implica ni experiencia ni implica madurez.
Implica solo que es una etiqueta, es una referencia y esa referencia es bastante sentenciadora, tienes una edad y automáticamente el concepto sobre ti se adapta a la clasificación que tengo yo.
Si tienes 19 años yo te clasifico como de 19 años, puedes ser más listo que yo, todo lo que puedas ser más que yo.
Que te puedo decir: “cuando crezcas verás que tengo la razón”, la típica frase, no sé si la has escuchado alguna vez.
Yo eso lo he oído muchas veces de mi familia: “cuando seas mayor me contarás”.
Y es cierto, cuando llegué a esa edad, ahora lo entiendo, no lo entendía cuando no tenía ese bagaje, esa madurez.
Pero en cualquier caso —vuelvo a lo mismo— hoy en día más que nunca, no implica que un hombre de 19 años esté casi más maduro porque haya tenido eventos y experiencias mucho más enriquecedoras que uno de 40.
Ahí ya la edad influye —por supuesto— con 40 años tienes más tiempo de hacer más cosas que con 20.
Pero no necesariamente implica que los vayas a aprovechar.
2º Saber comunicarlo
Entonces, ahora, teniendo esto claro ¿cómo lo comunicamos? Porque lo siguiente es saber comunicar.
Entonces, te voy a ofrecer la idea de que te centres en el concepto de personas adultas, o sea, de adultos.
Céntrate en “personas adultas” no en “generaciones”
A partir de 18 ya eres adulto, lo que sucede es que hay generaciones, aquí se habla un poco de si estás en la adolescencia, que sería hasta los 20, por así decirlo.
La veintena, la treintena, la cuarentena, … Entonces, si entramos en el juego generacional, de yo soy veinteañero y yo treinta añero y tal.
Lo cierto es que si eres treinta añero tienes todas las de ganar, estás en la cumbre de la ola, porque las de 20 les encanta y las de 40, pues también.
Las mayores que tu ya te consideran maduro, lo suficiente, incluso un yogurín, un chico que me he ligado, que ya es un hombre, me encanta.
Y las jóvenes están diciendo ¡Guay! Es un hombre hecho y derecho y no es un abuelo —que es la categoría en la que entraría yo.
Entonces, se genera ese halo mágico de la edad perfecta.
Pero en este caso, ni te conviene a ti, ni me conviene a mi.
Estamos de acuerdo, yo creo incluso, a la treintena también nos conviene.
Nos conviene jugar a “somos personas adultas”, la idea es que tú te metas en la cabeza: “somos adultos”.
Somos adultos, somos personas digamos aceptadas social mente como responsables de nosotros mismos. Eso se supone que hace la mayoría de edad, te otorga la responsabilidad sobre ti.
Hasta los 17, hasta que no cumplas los 18 estás respaldado por tus padres, o por el Estado, por quien sea, dependes de alguien.
Lo que hagas, digamos que no implica tu responsabilidad, no vas a la cárcel, vas es a una correccional, vas a otros sitios, es como que no eres lo suficientemente responsable de la palabra, para pagar por tus actos.
A partir de los 18 ya tienes edad penal, se supone culturalmente que ya hagas lo que hagas eres responsable. Así que vamos a apelar a eso, a que somos adultos, esa sería la palabra.
Esa es la idea mental que yo te propongo, que no pienses en generaciones, en ¡ostras! Me saca 10 años o me saca 5 años, no, piensa, eres adulto.
De hecho, recientemente me encontré con una amiga que hacia un montón que no veía y me encantó, fue una pequeña sorpresa me alegró mucho y en plan anecdótico la saludé y se tuvo que ir.
Estaba trabajando en un pub al que yo había ido y que por circunstancias no la había visto antes.
Y al rato vuelve y me dice: “Ray vamos a hacernos una foto que quiero tener una foto contigo”.
Y entonces, iba yo a hacer una foto con mi móvil, iba con un grupo de personas, con unas chicas y dicen: si quieres te la hago yo con mi móvil, que era un muy buen móvil, hacía muy buenas fotos.
Y le dije vale y conforme me alejaba a tomarme la foto y me acercaba a mi amiga, le decía perfecto, luego tengo la excusa para pedirle el número.
Ella se sonreía como diciendo, no cambias. Y le dije es coña, es coña, si tiene 19 años.
Ella me dijo, pero es mayor de edad, y me quedé así un poco como quien dice un clic, exacto, toda la razón del mundo, no es algo que tenga que decidir la edad, si esto va o no va adelante.
Y si yo permito que esto se ponga por en medio, estoy aceptando que eso que “soy un abuelo” que estoy envejeciendo, y que lo que está por venir no es mejor que lo que he vivido.
Eso fue de una manera muy inconsciente, también es verdad, en este caso, esta chica pues tiene ciertos vínculos con ciertas personas que a mi me disuade de intentar nada.
Por temas de círculos, que básicamente está con alguien que conozco, etc., etc.
Hay demasiadas opciones en el mundo como para “aprovechar” todo lo que te caiga —tan buitre.
Me sirve como reflexión ahora que estamos hablando del tema, porque efectivamente la idea real, lo que tenemos que tener en mente es: Su edad no es importante, la tuya tampoco, lo que es importante es que sois: adultos.
Y que ella si gestionamos bien todo lo demás, porque igual en cuanto me diga el número, la cifra, igual se viene abajo, igual no.
En este caso ella lo sabe, o sea que si esto se viene abajo no habría sido un inconveniente.
Tampoco se ha ido adelante, igual, si intento escalar ella empieza a ponerme la pega —“si podría ser mi padre” literalmente.
Entonces, en cualquier caso vamos a centrarnos en que somos personas adultas.
Ser ágil a la hora de jerarquizar por encima los temas importantes
Lo segundo, ya para comunicarte, para empezar a exportarlo, para aprender a negociar la situación, hay que ser ágil a la hora de jerarquizar por encima los temas importantes.
Y los temas importantes los hemos hablado antes, es decir, sabemos que la edad tiene mucho peso. Es decir, jerárquicamente se sitúa en el top.
Es decir, en cuanto a la edad sale, cuando te preguntan ¿cuántos años tienes?
Toda la típica historia, esto lo hablaremos en seguida, pues todo cambia, todo varía.
Experiencia + Madurez + ¿Qué tienes que aportar?
Por lo tanto, en nuestro discurso, desde el principio, incluso si nosotros ya lo sabemos.
Vamos a tener que apelar igualmente a ello, pero si no lo sabe, jugamos con un poquito de ventaja y vamos a apelar a lo que hemos hablado antes, a la experiencia.
Vamos a apelar a la madurez —que es lo que hemos hablado un poquito antes— vamos a dirigir la conversación.
Que se vea en nuestro discurso, la forma en que hablamos, lo que hablamos, como lo contamos, como escuchamos, como opinamos, como todo.
Que se vea la experiencia y madurez, vamos a reflejar valores realmente sólidos, eso es sólido.
Y sobre todo cómo lo vamos a hacer y de qué manera, qué tiene ella que aportar, qué tienes tu que aportar.
Qué tenemos que aportar los dos, ¿Qué tenemos que aportar a todo esto? ¿Por qué esta conversación? ¿Por qué esta interacción? Mola ¿por qué tiene ese peso?
Porque como digo, en cuanto salga la edad, aún habiendo aportado estupendamente y habiendo expresado que tienes experiencia, que tienes madurez.
Incluso habiéndola puesto a ella en la situación que tiene que mostrar que también tiene experiencia y también es madura, jugando ese juego de yo tengo todo esto que aportar, tu también, estamos en la misma onda.
Esto mola tanto para ti como para mi, cuando salga la edad se va la cosa a desvariar, a descolocar. Va a decir: ¡ostras que tienes 19 años! O que tienes 40 ¿de acuerdo?
Es importante que para nosotros todo gire en torno a la experiencia y la madurez que estamos aportando en esta interacción, en esta potencial relación, eso que estamos construyendo tu y yo.
¿Vamos a responder directamente a esa pregunta?
Entonces, la pregunta sería, vamos a responder directamente a cuando nos pregunten: ¿qué edad tenemos?
La edad es sólo un número… con demasiado peso infundado
Vuelvo otra vez a lo mismo, la edad es un número pero tiene demasiado peso infundado.
Realmente, esto era muy útil, vamos a decir, en el pasado, cuando las vidas eran muy monótonas, muy de “para toda la vida”.
Hoy en día te puedes encontrar con personas jóvenes impresionantes y con personas muy mayores que dejan mucho que desear.
Así que es una referencia, si y está bien saberlo, porque entre otras cosas puedes saber cuantos años de vida te pueden quedar potencialmente, por ejemplo.
Pero estás sobre estimado y es algo que esperemos que vaya cambiando sobre todo si pasa esto de que la inmortalidad se va estableciendo, pues desde luego esto va a perder mucho sentido.
(colesterol, virginidad, fidelidad, etc.)
Y bueno, hay ejemplos muy parecidos, cosas infundadas como puede ser el colesterol.
Que hasta hace poco era el malo de la película y ya por fin se ha hecho un poco de justicia y se ha visto que el colesterol para nada es malo ni negativo.
Sino al contrario, sin él moriríamos, tanto el “bueno” como el “malo” ambos son buenísimos y tienen su función buenísima y al final era todo una hipótesis errónea.
El valor por ejemplo que se le daba también a la virginidad, que parece que si el primero que desvirga una mujer, ya una mujer desvirgada no tiene el valor que tenía antes.
Eso es otro ejemplo, otra idea social que parece que va erradicándose, pero bueno, es una idea que existe.
El tema de la fidelidad, de que una relación tiene que ser monógama y que si te acuestas con otra mujer estás faltando a un juramentar.
Es cierto si has decidido esas condiciones.
Pero hoy en día se pueden establecer otras condiciones y otros tipos de relaciones y ya existen relaciones más abiertas, con muchas opciones más y en las cuales “disfrutemos” más todos de todo.
Básicamente, como sabemos que la edad es algo que la respuesta no está tampoco fundada del todo, es bastante infundada.
Vamos a utilizar por ejemplo como juego para crear en si mismo un halo de misterio, etc.
Cuando te pregunten ¿qué edad tienes? Respondes lo típico de ¿cuántos me echas? Yo personalmente lo hago muy a menudo y normalmente me echan 32, 35, cosa que está genial y que en cierto modo es cierto.
Yo de 32, 35 los tengo, tengo los dos, entonces hay veces que digo ¡jolín! Gracias, tengo 35 años.
Yo los tengo, no estoy mintiendo, estoy jugando.
Es importante saber que si no digo que tengo 40, no lo digo para esconder nada ni porque tenga miedo, sé el peso que tiene y estoy jugando.
Como te digo, lo primero es tener muy claro para ver qué significa eso para poder jugarlo, para poder disfrutarlo, para poder estar a gusto con ello.
Si tu tienes 19 años, dices tengo 25 y si es una chica que te ve más adulto, por así decirlo y quiere que entres en sus estándares.
Puedes mirarla y decir, veo que tienes bastante intuición, pero es mentira, ha fallado, pero igual, es jugando, estamos en un contexto desenfadado.
Sólo cuando tengamos control sobre la situación
Y ¿cuándo vamos realmente a ser honestos y decir la verdad en este caso? —que no estamos engañando ni estamos siendo deshonestos, pero ¿cuándo decir la verdad?
Y decir, mira, me voy a sincerar contigo, cuando tengamos control sobre la situación.
Dar precio en una venta
¿Qué significa esto? En términos de marketing, si yo quiero vender un producto y lo primero que te digo es el precio, todos aquellos que solo miramos el precio, si no encaja en lo que buscamos, automáticamente no le vamos a hacer caso.
Ya te digo, mira, pues yo tengo este producto, que vale 200 euros y tu tienes pensado que como mucho te puedes gastar 50, automáticamente ya no vas a escuchar el resto, porque ya no entra en tu idea de lo que querías gastarte.
Pero no sabes que te estoy vendiendo o igual sabes que te estoy vendiendo un curso para no sé qué y dices ese curso para no sé qué, 200 euros, no me interesa.
Pero no sabes lo que incluye el curso, no sabes en lo que te va a ayudar, no sabes que igual con 200 euros vas a solventar el problema.
Un problema que en un principio tu evaluabas por 50, pero igual si en un principio lo tuvieras resuelto, pagarías 1.000.
¿Cuanto pagarías por tenerlo resuelto? 1.000 euros.
Dar a conocer el precio al comienzo es un error, se enseña el producto, se enseñan los beneficios, se enseñan casos de éxito.
Se enseñan cosas que hacen que tu lo veas en su contexto y digas: ¡guau! Esto funciona, esto está muy bien, esto contiene todo esto, justo me solventa las 3 o 4 cosas que quiero solventar, bla, bla, bla ¿qué precio tiene ahora?
Yo esto lo quiero, yo tenía 50, pero quiero esto ¿cómo hago para conseguir los 150 que me hacen falta?
Vemos completamente el cambio, entonces, cuando vayas en serio y quieras decir tengo 40 años haya quedado más que tangible, que estamos a gusto, que la experiencia y la madurez que gozan en el ambiente, que somos compatibles.
Que me puedo meter en la mentalidad que si ella tiene 25 años y le estoy hablando a su nivel, no la juzgo como niña, sino que la trato como a una mujer, la elevo a mis estándares.
En tu caso, la hago más juvenil, más jocosa, más jovial, la llevo a mi terreno y entonces estamos hablando de tu a tu.
Con lo cual, en el momento en que ella diga ahh pues 35, le digo: 35 tengo, porque he pasado por ahí, pero ahora ya tengo 40.
Podría ser tu padre y lo sabes ¿Ah 40? Son 5 años de diferencia.
Y empezamos con la psicología un poco y apelando, has visto lo que hemos vivido, la situación estaba controlada, ya estaba el producto que soy yo, estaba mostrado.
¿Te gusta lo que has visto? Es lo que buscabas, ahora que pasa que porque tenga un poco más de edad ¿ya no te vale? Si ese es el caso, no lo quieres lo suficiente y no lo mereces.
Entendemos un poco la idea y puedes incluso decepcionarme.
Me esperaba algo más de ti, pero bueno, cuando te decía de no decirlo directamente es porque no tenemos todavía controlada la situación.
Y porque estamos jugando, estamos mostrando entre otras cosas incluso madurez, porque hay gente que necesita decir eso.
Yo necesito que sepan mi edad porque si no es como que estoy mintiendo, estoy cargando con algo que me hace sentir mal.
Para nada, a mi no me hace sentir mal nada, porque como digo, no es una mentira que voy a ocultar toda la vida y voy a jugar un papel que es una mentira.
Estoy jugando en un momento puntual, me estoy divirtiendo, estoy siendo juguetón, así es que no tiene más.
Y en el momento en que la cosa esté en su punto, yo cuando voy a vender un producto y me vienen ¿pero cuánto cuesta? Primero digo espérate primero a ver si te puedo ayudar, si es lo que buscas, de qué manera te satisface.
Te voy a enseñar primero bien el producto y luego yo te digo el precio y muy seguramente funciona así, si al final el precio no le encaja, en muchos casos se va a quedar diciendo, lástima porque el producto era la bomba.
Si te digo el precio de buenas a primeras, muy probablemente ya no escuches de qué va el resto, ya no te importa porque no se ajusta al presupuesto, con lo cual no me interesa.
Automáticamente desconectas el cerebro, aquí es un poco igual, si de buenas a primeras ya das esa información y estamos hablando de que estás o muy por debajo o muy por encima.
Si tienes 30 estás en la edad perfecta, puedes decirlo sin problema, no tienes que jugar estos papeles, pero yo creo que es importante incluso saber jugarlo, porque te va a tocar mucho más.
Y luego al final estás generando enigmas, jugueteando, pasándotelo bien y cuando se lo dices cumples las expectativas.
Y dice ¡guay! Ha molado todo este juego que he tenido por en medio para conseguirlo, osea, vas a conseguir más puntos. Tal cual, esto funciona mejor.
Así que tampoco vamos a mentir toda la vida y toda la vida diciendo que tenemos 30 años.
Por así decirlo, por decir que es el estándar, es la que está a la ola, porque no, no tiene por qué ser verdad, pero si que debemos guardarnos esa balsa para utilizarla para utilizarlo en su momento, en el contexto adecuado.
Cuando la chica ya sopese y diga vale, esto así cambian las cosas, que es así de desgraciado que un número de nada cambie tanto las cosas cuando estaba tan a gusto todo.
Cambia las cosas, pero ya es mucho más complicado cambiar todo, porque ya se ha hecho una idea de ti, ya tienes muchos valores que le has ofrecido como la experiencia y la madurez, entonces ese número de esa edad, de repente está más controlado el impacto.
Entonces, como te decía primero: a nivel mental, céntrate en que hablamos de adultos, no de generaciones, no de diferencias de edad.
Jerarquiza por encima la experiencia y la madurez y que tienes que ofrecer los dos, a la edad. La edad es lo último que vas a dar, como el precio en el marketing.
Lo vas a dar al final, cuando ya sea el momento y digamos ahora, lo voy a decir y el precio le pueda asustar, pero está interesada en el producto.
La edad le puede asustar, pero está interesada en mi.
3º Tu reacción ante su reacción
Y fundamental, una vez hayamos ejecutado el proceso de dar el precio, de dar la edad, pues lo más importante es tu reacción ante su reacción.
A pesar de cambiar la jerarquía esa cifra (edad) tiene mucho peso (prejuicios)
Porque a pesar de cambiar la jerarquía, de poner por encima lo más importante primero, que es la madurez, la experiencia y lo que aportéis ambos, esa edad va a tener mucho peso, por todos los prejuicios.
A pesar que es un número, ese número hace ¡boom! Si hablamos que si tienes 19 en este caso, o 18 o tienes 40.
Yo creo que utilizan el 40 que es cuando sale esa nueva cifra, porque en el 39 es como los precios, 99 parece que sean 90.
En esto es un poco igual, entonces, lo importante cuando esto sale ahí, que sabemos que va a hacer ¡boom!
Tenemos que actuar con naturalidad. Es más ya sabes que va a haber una acción-reacción, sabemos que cuando digamos eso vas a ver ahh, me has mentido.
Va a haber una reacción, va a haber una pequeña pataleta, es muy caro, este precio no era el que yo esperaba.
Me había hecho unas ilusiones, habías encajado, estabas en el sitio ideal y de repente eres más mayor o de repente eras más joven ¿por qué? No pasa nada.
Actuar con naturalidad (ya has estado con chicas de esa edad o “haz como si”)
Actuamos con naturalidad. Un poco la idea que te puedo ofrecer, personalmente la puedo aplicar porque es así, pero si no, te voy a decir como aplicarla.
La idea es que pienses que ya has estado con una chica de esa edad, en tu caso, no sé si es verdad.
Imagínate que has estado con una chica de 25, que has tenido una relación, de un año, de 6 meses, del tiempo que quieras.
Y entonces ahora estás con una chica de esa edad y ella te viene con la milonga de que eres muy joven y tu dices: pero si ya he estado con una chica de tu edad, es como que ya tengo experiencia.
Como cuando vas a trabajar y te piden experiencia antes de trabajar. Resulta que ya la tienes, así que no me vengas con que necesito experiencia, porque la tengo.
Entonces, si una chica te dice que eres muy joven, ves: la chica que tenía tu edad, no decía lo mismo, no se quejaba.
Pero esto no hace falta que se lo digas, incluso, siendo verdad, no hace falta.
Porque lo que digo es que tengas la mentalidad de que ya lo has tenido.
Y si no lo has tenido, haz como si lo hubieras tenido, siente que ya has tenido esa relación.
Visualízala, de alguna manera engáñate a ti mismo como si la hubieras tenido —no a ella— engáñate a ti para que se note que no entiendas.
Ella te va a decir: es que eres muy joven.
Y tu le vas a terminar diciendo ¿en serio? ¿Eso es un problema para ti? ¡Guau! Que curioso.
Háblame, me gustaría saber cómo estábamos tan a gusto y tan genial, tan estupendamente y el hecho de que sea más joven que tu lo cambia todo.
Es fascinante, yo quiero saberlo, me apetece porque si me convences y tienes razón, igual es verdad, eres demasiado mayor para mi y eres muy vieja.
Podemos jugar a girar la tortilla, etc.
¿Qué pasas no te sientes con la energía suficiente para estar con un chico? ¿Prefieres estar con hombres más tranquilos? Etc.
Amaina el último vendaval y vuelve a los valores
Te va a llegar ahí como vendaval, va a haber ahí una pequeña pataleta, como socorro, esto no me lo esperaba, esto es demasiado caro, que está pasando.
Y tu tienes que actuar con naturalidad, o sea, soportar esa última embestida y volver a los valores, volver directamente al proceso, háblame sobre ello, que curioso.
Muéstrame esa madurez que yo parezco no entender ¿por qué esta diferencia de edad es tan importante? ¿Hay algo que se me haya escapado?
Como soy tan joven, mi madurez no me alcanza.
Ilumíname, estamos volviendo a lo que realmente tiene que pesar en la interacción.
La madurez, la experiencia, lo que aportamos el uno al otro.
Y si somos capaces de haber hecho bien el trabajo previo, de esto que te estoy contando tenerlo bien claro.
Luego saber comunicarlo bien y haberlo comunicado bien, cuando por fin caiga la tormenta.
Puede que hayas hecho bien el trabajo y digas 40 o 19 no pase nada.
Diga ¡guau! Pues jamás hubiera pensado que tienes esa edad porque me pareces muy maduro y me has sorprendido mucho y la verdad es que estoy muy a gusto contigo.
Por eso yo creo que es importante no decirlo en un momento que bueno, si has quedado con ella para una cena y al principio lo pregunta y tu lo respondes.
Estás tirándole piedras a tu tejado, estás nadando río arriba, contra la dirección del rio.
Pero si tienes toda la cena, igual reviertes eso, consigues apelar a empezar por el final.
Ah ¿cuéntame por qué de repente esto supone tanto para ti? Es curioso.
Me parece una idea bastante old fashion, bastante de persona mayor y quiero ver si me convence o no porque por ahora yo no le veo a eso ni pies ni cabeza.
¿Va a ser capaz ella de ponerse en su situación elevada, de estar por encima de las edades?
Estamos apelando otra vez a madurez, a experiencia y a qué nos aportamos el uno al otro.
¿Vas a poder ser joven conmigo? Qué te parece rejuvenecer 10 años y tener todo lo que tienes ahora pero con una mente más joven.
19 años y vivir una vida más alocada. En mi caso al revés, es más maduro y he vivido una vida más madura y con más experiencia, con más madurez, con un sabor mucho más trabajado, más de un sommelier, con mucha más riqueza.
Estoy poniendo ejemplos que se me ocurren, pero básicamente lo puedes hacer también al principio, pero ya vas a ir un poco cuesta arriba, nadando a contra corriente.
Si lo haces como te digo, sí que es verdad que puedes pasar por un tramo cuando te pregunten ¿qué edad tienes? te vas a “mentir”, que es jugar, tomándolo como una broma, como algo gracioso.
Y enigmático y déjalo ahí entre que sí, que no, entre te lo digo y no te lo digo.
Es importante que disfrutemos, que te lo pases bien, que no suponga sobre todo para ti un problema a tu edad.
Que tu no digas mierda soy demasiado joven, porque eso es ridículo, o digas mierda soy demasiado mayor, porque eso es vejez.
Eso es estar envejeciendo. Eso es estar diciendo que lo que está por venir no es mejor que lo que has vivido.
Y eso la experiencia me dice que no tienes que pensarlo, porque entonces empieza el declive de verdad.
Ya va a haber bastante declive, de manera biológica, per sé, así que no lo forcemos, no le demos más motivos, no reforcemos esa idea, digamos que tirando la toalla.
Para nada, vamos a seguir el camino y la sociedad va a estar bastante en contra. No tanto en tu caso como en el mio, de decir ¡ah eres un asalta cunas!
Pero la biología no dice lo mismo.
La biología dice que la fertilidad es un rasgo de juventud y a un hombre cuanto más mayor, más le atrae esa juventud.
Esa fertilidad, esa chica que la biología está diciendo que está en la edad fértil, perfecta, chicos aprovechad porque aquí están los mejores genes que te vas a encontrar.
Y como hombre pues sufre de eso, que cuanto más viejo estás, más jóvenes te apetecen.
Y un poco creo yo, que al revés, cuando eres muy joven, yo creo también que por el complejo de Edipo, de que quieres una mujer que te de unos valores y de alguna manera muy subconsciente te recuerde un poco a tu madre, sin faltar ni nada de eso.
Sino, quieras un cariño más maternal. Aunque haya mucho sexo y lo que quieras, no es tu madre, desde luego, pero hay esa apelación a ello.
Entonces no voy a seguir hablando, que me estoy metiendo en camisas de 11 varas, y ya no se donde voy a acabar.
Básicamente quiero que entendamos que es un prejuicio muy poderoso, que es una cifra que tiene mucho peso, que entiendas por qué no es tan relevante como se concibe a nivel cultural.
Que aprendas a comunicarlo y que cuando llegue ese momento, ya le has comunicado, le ha sentenciado tu reacción es su reacción, o sea que reacciones con naturalidad.
Como si realmente ella te juzgue porque no tengas experiencia, y digas dentro de ti y si has estado con chicas de esa edad mejor.
Si no has estado piensa como si hubieses estado, para mostrar que estás capacitado, que has tenido experiencia, que tienes experiencia.
Con esa naturalidad, pasa por ese temporal, esa tempestad que ha surgido, para volver otra vez a lo del principio.
A la situación controlada y donde estábamos acordándonos del valor porque después de la tempestad viene la calma.
Si esa tempestad furiosa la hemos sabido capear bien, pues luego la calma va a ser crucial y probablemente termine en el caso –si fuera una empresa— contratado.
Espero haberte aportado algo de luz a este apasionante prejuicio que es la edad.
Muy interesante, mucho ánimo con las gestiones de esto, mucha energía que vas a necesitar para cambiar este prejuicio y no dejes nunca, por supuesto de tener ¡excelentes decisiones!
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